PREGUNTA:
Latapí Sarre afirma que la docencia, (en la educación básica) es una "profesión subyugada". ¿Con cuál (es) de los argumentos que él aporta están de acuerdo?
RESPUESTA:
“Es legitimo y necesario contar con uno o varios sindicatos del magisterio en los que los trabajadores de la educación se agrupen para defender sus derechos laborales y promover sus intereses profesionales.”
Desafortunadamente en el SNTE esta finalidad ha sido rebasada por otras enteramente ilegitimas, muchas autoridades educativas intercambian servicios por cuotas de poder, si añadimos que el régimen priista se baso en un control gremialista y corporativo de sus agremiados (SNTE, CNC, L y FC, CFE, etc.) y en métodos corruptos dando como resultado que las atribuciones de la SEP mermaran y el SNTE incrementara su poder sindical, debido a esto el SNTE tiene un control de mas de 1 millón de afiliados y según del 50% de las plazas de nueva creación (pienso que pueden ser mas), condicionando la asignatura de las mismas, de ahí ya estamos mal, las plazas en muchas ocasiones se dan para solicitar favores políticos, pagando compromisos políticos ó personales y por supuesto existe un nepotismo altísimo en todos los niveles, los nuevos afiliados quedan comprometidos o como dice Latapi “subyugados” con el sindicato, dejando a un lado a muchos maestros sin plazas aunque estos tengan la preparación y lo mas importante, la vocación. De la mano con el yugo de las nuevas plazas se adiciona que, solo el SNTE autoriza préstamos, créditos, vivienda, becas, etc. Siendo estos un derecho y al hacerlo ya esta comprometiendo al afiliado ya que le esta haciendo “un favor”(debes hacer campaña, ir a mítines, marchas, estar en casillas, votar por el partido, etc.). Ahora si hablamos que las promociones no llevan un “control de calidad”, esto afecta no solo los salarios recibidos si no también de la educación o los servicios que otorgan estos promocionados, los promocionados normalmente son afiliados “fieles o leales” que no pueden criticar, mucho menos oponerse a los ideales u ordenes sindicales, no tienen voz ni voto, no hay conciencia, no deben pensar, solo obedecer y cumplir. Ahora, si el poder sindical si detecta una amenaza, se vuelve en contra de esta conforme a una racionalidad de ente político más no educativo. Lamentablemente las autoridades educativas fueron demasiado complacientes en algunos sexenios y ahora son victima de sus propias complicidades.
Atte: Héctor Torres
PD. Ya esta mi foto, debo seguir firmando?